Escribir era una de las mejores herramientas con las que contaba... Creía no hacerlo tan mal, a veces hasta ligeros intentos de poesía. Ahora lo que veo es un Jenga mal acomodado. Ahora escribo más preguntas y dudas que respuestas o frases ingeniosas.
Es como si me hubiera quedado sin mi espada y tratase de defenderme de manera torpe con las manos.
Las palabras, que tanto valoro de un plumazo se volvieron insuficientes... Ahí, ahí siento que quedo desarmada.
No sé cómo enfrentarlo ¿será que necesito palabras de permanencia y no de despedida? Tal vez debo dejar el aire nostálgico y reencontrar la sinceridad de las frases sencillas... Creo que las estoy pensando demasiado... Demasiado...
Pero bueno, tal vez me engañaba o tal vez ahora me freno... O al revés...
Sólo espero reencontrarlas porque como decía Fito "las palabras sé las lleva el viento pero yo las necesito, somos como dos viejos amantes"
Pero no seré pesimista, creo que la cantidad de experiencias y sensaciones me han enseñado que aunque sea de manera confusa e insegura debo sacar del pecho y la mente lo que pienso.
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