Es como desgarrarse, como deambular entre posibilidades, las que responden al instinto, a no negar el ser... y las más prudentes, las que protegen al ser, pero que le niegan una parte, tal vez solo por un momento... o de aquí hasta el final.
Creés tener las respuestas y entender las señas, no son las que esperabas pero te enseñan claramente como rescatarte... aunque vaya a tomar tiempo.
¡Y aún así seguís cometiendo el mismo error!
¿Como hacer? ¿Como sobrevivir?
Pero a veces parece que ese pequeño acto, repetitivo, triste y esperanzador, es el único que puede salvarte la vida. Tal vez al final debés escoger la posibilidad más prudente, pero preferís no negarte... aunque duela... porque sabés que en unos años no te lo podrás perdonar.
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