
Pero la verdad, después de escribir una pequeña carta de pura iniciativa, para ser enviada hasta el otro lado del océano, recordé lo emocionante y significativo que es cuando se recibe una carta o una tarjeta postal de alguien que sacó su tiempo y pensó justamente en nuestra persona al estar en algún lugar o momento determinado.
Tener ese tipo de documentos en mis manos me hace sentir casi eufórica, la distancia con los amigos, la familia y tierras lejanas se acorta de una manera más profunda que el simple hecho de escribir un "hola" en una red social.
Me gustaría sacar más tiempo para escribir ese tipo de cartas, me gustaría que mi buzón no solo contenga cuentas bancarias o cartas esporádicas. Me gustaría ver la letra y la tinta que representan el momento justo en el que alguien a quien aprecio y me aprecia se puso a componer simples palabras de nostalgia, de apoyo o complejas estrategias de sueños que esperan despegar.
Creo que soy yo quien podría empezar, una carta al mes... tal vez así pueda acortar distancias (no solo físicas) que no deberían existir.
¿Será esta idea un poco anticuada? Bueno, puede ser... al fin y al cabo, todavía prefiero el olor de libros nuevos a una "tablet" o a bibliotecas cibernéticas.
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