Con una pequeña edición y un par de exclusiones comparto un impulso que tuve mientras volaba.
¿Nostalgia? ¿Melancolía? No, los ojos llorosos sé deben por primera vez más al futuro que al pasado. Por la ventana en el horizonte se ve el naranja de un día que no llegaremos a alcanzar.
Este viaje garantiza suficiente tiempo para pensar... Mientras vuelo... Mientras vuelo ¿a dónde? ¿A qué?
Quiero volver, es un hecho, por primera vez no me pesa tanto la despedida en mi otro hogar. Me parece extraño... He cambiado.
Silencio. Todos duermen mientras veo en la pantalla que ya dejamos Groenlandia atrás, pero todavía quedan horas, para pensar, sentir y darme cuenta de mi estado de vulnerabilidad.
¿Algo se quebró? ¿Algo está expuesto? Escribo y escribo pero al final sigo siendo demasiado torpe, o inocente.. ¿Cómo no logró aprender?
Se desvanece, se me escapa de las manos... La seguridad pesa más que la incertidumbre y sus pasiones.
Alguna turbulencia ligera me devuelve al avión, a la lectura y a intentar cerrar los ojos pero no lo logro, no... Todavía es temprano en mi ciudad de origen y mi ciudad de destino ¿por qué no quiero dormir?
Los ojos llorosos se contienen pero las emociones siguen revoloteando... Suspiro... Tristeza ¿resignación? Tal vez.
Un futuro que pinta bien, una vida bien vivida y el momento de retomarlo todo cuanto quedó delegado, momento de recordar y retomar los pequeños momentos, las alegrías.
Fue un excelente viaje, nuevo y conocido, de grandes corazones y puertas abiertas... De la vida y la muerte, del amor y los detalles, de lugares inolvidables... De la magia de compartir.
El avión no es tan frío, es casi acogedor... Pero no me logro dormir. Por lo menos las películas me movieron y el libro viene cargado de expectativa.
¡Ah la expectativa! Nos mata, nos mata... Disfrutaríamos más las cosas sin la expectativa.
¿Qué sigue? ¿Qué pienso? ¿Alcanzáremos la luz del día? Parece que no... Mientras tanto un café.
¿Qué quiero decir? ¿Lo digo?
Ahora, horas de horas de esperar... De aceptar... Tal vez por eso los ojos llorosos... Porque lo estoy aceptando.
Pero ¿quiero?
¿Espero, acepto, lucho? ¿Lucho, acepto, espero?
No he perdido el optimismo de hacer lo que siento, me ha llevado lejos... Pero mi imaginación se emociona y toma vuelo... Pero como duele cuando se le desvanecen las alas ¿para qué forzarla? Tal vez son gotas de realidad las que hacen falta.
Y los sueños vivos que te despiertan en la noche... Tal vez por eso no duermo hoy... Pero entonces mis pensamientos se desatan ante el sonido de las turbinas.
Un par de almas gentiles me suelen escuchar, me cachetean... Pero hoy tengo otros compañeros de viaje... Unos más cómodos que otros y tal vez con tantas preguntas como yo.
Pausa, mente en blanco, de nuevo el silencio.
Tengo una estrategia, un diagrama, el guión... Y aún no estoy lista ¿qué futuro será?
Los ojos llorosos de nuevo pero esta vez acompañados de una sonrisa. Estoy dispuesta a lo extraordinario y en entrenamiento para dar el duro paso que me aleja.
Es mi futuro, mi plan no escrito, mi camino transformado.
No sé bien la ruta y aunque estas palabras son desordenadas y palpitan con mi corazón, creo que el avión sí va a alcanzar la luz del día.
Para seguir sintiendo.
Para seguir expresándome.
Para no alejarme de mí.
Para tener certeza de que he vivido y estoy agradecida.
Para tener claro que este es un desahogo necesario que ordena mis ideas.
Para dar.
Para creer.
Para amar.
Para mantenerme fiel a lo que creo.
Para vivir.
Hoy fuimos más rápidos que la noche.
Complemento.
http://deviajesyotrassensaciones.blogspot.com/2011/06/viajar-es-regresar-ggm.html